Llanos Micó: “Industrias Alegre está multiplicando su capacidad para adaptarse a los cambios que nos exigen el sector automotriz y la sociedad”

La actual directora de Recursos Humanos de Industrias Alegre ocupó su puesto cuando comenzábamos a salir de del confinamiento provocado por la pandemia. Se encontró con un sector que encadenaba crisis y una sociedad que había descubierto nuevos miedos e inseguridades. Ante esta situación, ella tiene claro cuál es el reto: una compañía más flexible, más abierta, con mayor capacidad de respuesta. Más dispuesta para la innovación y capaz de atraer a los mejores.

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Pregunta: Eres la responsable del equipo en Industrias Alegre pero también tienes cierta actividad académica, ¿cómo ha sido tu trayectoria hasta llegar aquí?

Respuesta: Mi trayectoria siempre ha estado muy ligada a las personas porque es lo que me motiva. Me gusta desarrollarme y estar actualizada contribuyendo a que las personas se desarrollen. Y como siempre me ha gustado el entorno empresarial, todo me ha conducido hasta al área de Recursos Humanos. Por otra parte, mi actividad docente está enfocada exclusivamente en escuelas de negocio y formación de nivel de máster o cursos superiores, donde la docencia se convierte en espacios de intercambio con un enfoque muy profesional que resulta muy enriquecedor para ambas partes. Yo la entiendo como una forma de compartir las experiencias de las que te vas nutriendo día a día y que es necesario transmitir.

P: En tu trayectoria has vivido un cambio radical en los Recursos Humanos, que han pasado de ser el departamento que hace las nóminas a convertirse en responsable del bienestar de un equipo. ¿Cómo se vive una transformación así?

R: Yo comencé en consultoría de recursos humanos en un momento en que algunas empresas todavía tenían un jefe de administración del que dependía el personal o estaban en la transición. Los Directores de Talento, de Personas o incluso de Recursos Humanos ni siquiera se llamaban así. Y cuando se comenzó a plantear que era necesario hacer algo para las personas, en las organizaciones, la única respuesta era la formación al uso. Ese fue el inicio del cambio. Luego, ese interés por que las personas se desarrollen, ha ido cambiando, pasando de los aspectos técnicos, los conocimientos básicos y técnicos a las competencias soft alineados a los valores y a la estrategia de la empresa, hasta llegar a este momento en el que tenemos la responsabilidad de detectar el talento y conseguir que esas personas talentosas aporten ese valor especial a la empresa. Desde luego ha sido una evolución que he vivido en primera persona y que he disfrutado.

P: En Industrias Alegre has puesto en marcha un proyecto muy especial para el desarrollo del talento, ¿es así?

R: Sí, con el aprendizaje acumulado y el apoyo de muchas personas de Industrias Alegre hemos puesto en marcha nuestra Talent Academy, un programa que nos obliga a identificar el talento dentro de la empresa y a desarrollarlo. En su diseño participamos todo el equipo directivo y luego Recursos Humanos se encarga del desarrollo e implantación.

P: ¿En qué consiste esta Academia?

R: Es una formación que dura dos años y contiene trece módulos repartidos en 16 jornadas de trabajo para trabajar las soft skills principalmente: orientación a resultados, capacidad de comunicación y de negociación, estrategia, gestión del tiempo o finanzas para no financieros, por ejemplo. Contamos con profesorado muy top, de las mejores escuelas de negocios, y siempre en inglés, porque se orienta a personas tanto de la fábrica de Polonia como de la de Albal.

P: Es un programa muy exigente tanto para la empresa como para las personas que participan en él, por lo que apuntas.

R: Por supuesto. Hablamos de formaciones preparadas exclusivamente para un grupo de en torno a ocho personas, así que, una vez que se pone en marcha el programa, exigimos la asistencia completa a todos los módulos. Para eso los distanciamos bastante en el tiempo —se intenta trimestral— y entregamos el calendario en la primera jornada.

P: Terminada la primera edición, ¿qué balance hacéis?

R: Los resultados son muy satisfactorios, tanto para la empresa como para los participantes. Hemos realizado evaluaciones tanto de los módulos como del profesorado y la respuesta ha sido excelente.

P: Además de este proyecto tenéis muchos desafíos sobre la mesa, ¿cuáles son los más importantes?

R: Lo más importante es que Industrias Alegre está multiplicando su capacidad para adaptarse a los cambios que exigen el sector automotriz y la sociedad. Para ello tenemos nuestro plan de formación anual, como cualquier otra empresa, y programas formativos potentes que personalizamos en función de las necesidades de cada departamento. A veces, incluso, para personas concretas. La idea es que, si capacitamos a las personas para que su día a día sea más fácil, esto redundará en la empresa. Y la posibilidad de diseñar un Sistema de Evaluación del Desempeño para medir la contribución de las personas y crear espacios de confianza para dar feedback, para conversaciones que orienten, guíen y refuercen el desempeño y la mejora del mismo. Una persona contenta está más motivada y tiene un rendimiento mejor.

P: Al final, hablamos de productividad, pero también de sentimientos e ilusiones.

R: Desde luego. Hablamos mucho de ilusiones y de la posibilidad que la empresa ponga a tu disposición mecanismos para que mejores. Y no hablamos solo de la Academia de Talento, porque todo el personal tiene acceso a formación. Hay programas y actividades para directivos, para mandos intermedios y para departamentos concretos. Y tenemos acciones formativas e informativas en materia de prevención de riesgos laborales, que considero muy importantes sobre todo después de la pandemia, porque en este tiempo hemos cambiado nuestra forma de concebir la salud y eso ha repercutido también en el puesto de trabajo o en el absentismo. La pandemia ha puesto de relieve nuestros miedos y por eso, a partir de este 2024, queremos trabajar sobre un programa de bienestar corporativo en el que podamos incorporar acciones de mejora en todos los ámbitos físico y mental, aspectos psicosociales. Es uno de nuestros próximos retos.

P: Hablemos de innovación, el gran motor de esta compañía. ¿Puede hacer algo este departamento para activarla?

R: Desde Recursos Humanos, nuestra contribución pasa por fomentar la participación de las personas en espacios de confianza para permitir que surjan las ideas y trabajamos también para que las buenas ideas sean recompensadas. De hecho, cuando nuestro departamento de I+D+i desarrolló la herramienta de Núvol, en Recursos Humanos la apoyamos haciendo que sus protagonistas tuvieran reconocimientos y premios tangibles. Más allá de esto, fomentamos que haya círculos de intercambio de ideas y buscamos hacer a la gente partícipe de los proyectos porque, si se quedan a nivel de dirección, no se pueden enriquecer con la visión de quienes están en el resto de la cadena. Por otra parte, tenemos la necesidad de incorporar todas las innovaciones y actualizar nuestro propio departamento, digitalizando este servicio para potenciar el talento, la selección, la formación.

P: ¿Hablamos de digitalizar Recursos Humanos?

R: ¡Claro! Siempre hemos ido con papeles por la empresa y con tablones de anuncios y hoy tenemos un portal de empleado, una intranet. Y debemos seguir avanzando porque es una forma más eficaz de gestionar y potenciar el talento.

P: El sector está encadenando una crisis tras otra, ¿cómo viven todo esto las personas que forman la compañía?

R: Se están viviendo momentos complicados en todo el sector. Pero sabemos que hay que resistir y, como decíamos en nuestro aniversario, continuar con la ilusión del primer día. Y eso implica trabajar a nivel interno con las personas: montando una intranet nueva, una academia de talento, dando visibilidad al plan de formación, captando talento de fuera para que nos ayuden a desarrollar el negocio… todo orientado a generar una estabilidad mayor. También nos gustaría trabajar en políticas de retribución, como por ejemplo la retribución flexible, de momento solo hemos incorporado el producto seguro de salud. No son buenos años económicos para Industrias Alegre ni para el sector, pero debemos seguir implicando a nuestros profesionales y, si no es con salario real, se hace con salario emocional.

P: ¿Cuál es el gran reto que ves por delante para este departamento?

R: Pienso en varios retos. Pero lo más importante es que yo busco un cambio cultural. Pasar de una forma de trabajo tradicional a una empresa más flexible y más dinámica. Afrontar las nuevas formas de trabajo (los nuevos horarios, la flexibilidad, la conciliación), abordar la comunicación interna y fomentar la apertura, rompiendo los departamentos estancos para crear más espacios comunes. Al final, aspiro a que la gente se dé codazos por trabajar en Alegre.

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